Mi amor por los idiomas y por la lengua en general salió a relucir a una tempranísima edad, cuando, estando yo aún en la guardería, alguien tuvo la imprudencia de enseñarme las primeras palabras en inglés. Numerosas estancias en el extranjero vinieron a hacer aún más intensa esa pasión. Así que no me costó mucho decidir que también mi profesión debía ser “algo con idiomas”.
Hoy soy Licenciada en Traducción, y me pongo a su disposición para traducir sus textos del inglés y el holandés al alemán.
Debido a la falta de demanda, ya no ofrezco traducciones del español.